Por lo general, en el mundo empresarial existen diversas transacciones de bienes y servicios, distintos acuerdos que se ven envueltos en una negociación, lo que se resume en un mutuo acuerdo entre dos personas.
Actualmente se habla mucho del concepto de negociación, diversos autores tienen varias definiciones acerca de este término, sin embargo se llega a concluir que no hay un mejor estilo de negociación, sino que el negociador debe aprender a adaptarse a las circunstancias que se presentan mientras se está negociando.
Probablemente si se utiliza el mismo estilo de negociación, lo más probable es que se tenga problemas durante los acuerdos, esto debido a que difícilmente todas las negociaciones sean del mismo tipo.
Así que los estilos de negociación deberán adaptarse según a la ocasión que se presente, es por ello que en este artículo hemos querido traer una lista con los estilos de negociación más usados.
El estilo competitivo: este estilo de negociación normalmente se ve presente en diversas situaciones de carácter competitivo, en ocasiones donde unos ganan y otros pierden.
En resumidas cuentas, el estilo competitivo se presenta cuando el futuro de la relación entre las partes no importa en demasía, lo esencial del caso es el resultado.
Estilo acomodativo: este estilo se adapta cuando prima la relación sobre los resultados. En este caso, se hace que se acepte la derrota con la finalidad de obtener resultados a futuro.
Estilo distributivo: este tipo de estilo se presenta cuando ambas partes establecen un acuerdo de forma rápida sobre los asuntos de interés de las dos partes.
Estilo equitativo: una vez que las dos partes creen que no existe ni vale la pena negociar, los diversos problemas de la negociación que se presentan pueden ser mucho mayores que los beneficios obtenidos.
Teniendo en cuenta esto podemos analizar que no existe un estilo de negociación mejor que el otro, sino que el trabajo consistirá en el propio negociador.
Así que lo más conveniente es que el negociador se encargue de adaptarse de forma rápida y sencilla a las diversas circunstancias que se presentan en los distintos procesos de negociación.
Es por ello que el que conoce ante qué situación se encuentra, teniendo en cuenta todos sus puntos débiles y fuertes, podrá definir con mayor facilidad, el tipo de estilo de negociación que se adapte mejor para la ocasión determinada en la que se encuentra.