Poder tener siempre dinero

Nos encanta el dinero, no lo podeos evitar, y es que desde que el mundo es mundo, el que más tiene es el que mejor vive y todos queremos vivir muy bien. Nos encanta poder ir a cualquier sitio, sea donde sea sin escatimar en gastos, sin pasar calamidades, sin hambrear como se suele decir, gastando por los cuatro costados sin preocuparnos de lo que nos quedará para mañana y para pasado mañana. Somos capaces de gastar todo o que tenemos sin el más mínimo remordimiento. Pero claro, un ritmo de vida así no se lo puede permitir todo el mundo, yo diría que solo unos pocos, y los demás, el resto de los mortales, nos conformamos con lo que tenemos por qué es lo que nos corresponde.

Muchos de nosotros nos esforzamos en conseguir más, trabajamos duro, trabajamos mucho y más para poder conseguir todo lo que queremos y en algunos casos lo conseguimos. Otros para dar ese paso necesitan un empujón económico que consiguen gracias a los créditos rápidos, con estos pueden emprender un nuevo negocio o salir de una trampa que no los dejaba prosperar. Con un buen crédito rápido se consigue un dinero rápido y fácil que devuelto en pequeñas y cómodas mensualidades no nos damos ni cuenta  pero que consigue sacarnos del atolladero en el que estábamos metidos.

Por supuesto un crédito no nos hace vivir a cuerpo de rey, pero sí que puede darnos el empuje que necesitábamos, la financiación para un nuevo negocio, un aporte de efectivo para mejorar el que ya tenemos, la posibilidad de comprar esa máquina o contratar a esa personas que nos va a ayudar a prosperar… con dinero se puede ir a cualquier sitio, somos capaces d movernos y movilizar a todos si se trata de conseguir dinero. Las familias se mudan de ciudad o de país solo para ganar más en el trabajo, para subir un escalón en la empresa, los empresarios se meten en mas negocios solo para invertir en otras cosas que les dé más beneficios…

Todos queremos más de lo que tenemos, todos aspiramos a más, a ser mejores, a poder hacer más y más cosas y no nos importa pagar un alto precio siempre y cuando los beneficios a largo plazo sean de lo más beneficiosos para nosotros y para nuestra familia que la final es lo que más valor tiene.